lunes, 27 de junio de 2011

I'd Rather Go Blind

I'd Rather Go Blind

 No hay soberanía sobre esta tierra. Las inmundicias han clavado su arenal en el corazón de la gente. Cúanto tiempo lleva la gente sin hacer ninguna pregunta. Cuánto tarda la señora de Martín en no prender la televisión, en no afianzarse al sueño de los rayos de colores. La infinita fragancia de la que rebosa su frescura, se adormece, se apolilla.Y su vestido de flores también. Luego pasan los camiones de basura, los perros ladrando, los porteros lustrando y baldeando la vereda. Cuántos lustros perdidos en la rutina.
  Allá afuera, cuando el río acontece, hay algunas luciérnagas que todavía transitan las aguas del Paraná. ¿Se puede respirar una brisa tan lejana?
 Las manos frías sobre el fuego. Los fuegos sobre el fuego. El humo del té en el medio de aquel invierno. Las puntas clavadas, las ramas, las libélulas acribilladas sobre el lago verde, por debajo de los acantilados ¿ se puede respirar? ¿o es insalvable esa distancia?
Las hileras de soledad, los puños abarrotados ¿se siente? 
 Son ricas estas galletitas, este membrillo que se moja en este té de tilo, estos scons, estas masitas blancuzcas de harina integral. Pero nada es real. Prendo de nuevo la televisión y encuentro historias mínimas. Escucho un zumbido constante y una música que no es mía. Alguien que me cuenta y es contado. Alguien hablando a un alma vacía.
 Sin embargo una sonido áspero, desgranado. Unas cuerdas que dicen ser mías. Un beso que no es de nadie. Una reflexión. Un grito en medio del rostro de la noche. Huyendo.
 Bebé, lo único que debes hacer, es aprender a llorar.

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