miércoles, 29 de febrero de 2012

Si volviera.



  Si volviera, pensaría que nada de esto sirvió. Que te tragó la sombra. Que acudiste insomnio vespertino,
 o al endulzamiento de algún tema de Miles, no sé. Como lo solías hacer. Engañarnos. Pedirle prestada plata a mamá  ¿prestada o prestado? Las llaves, esas llaves unísonas, plateadas, con agujeritos. De esas importantes como de Embajadas.
¿Te acordás? Los zapatos, los suéter de lana. Las alpargatas. La risa de almíbar.  
 A veces pienso en la imposibilidad de contar una historia. La redundancia del tiempo, los ritmos. Los diferentes niveles de colores;
 la sobre abundancia ¿La sobre explotación? ¿Quién paga la crisis? ¿Quién paga las oportunidades? 
 Si tuvimos las ideas justas en los momentos justos. Si tuvimos la paz que supimos conseguir.
 Si nos rebelamos porque teníamos corazón; pero nos dormimos ¿Porque nadie nos acompañó?
 ¿Cuál sería ahora el miedo?¿Cuál sería para que ahora volviera ella que la tragó la sombra, que la envolvió de lucha ciega, para ahora volver?
 Sí.
Con otros rebaños sobre sus brazos, ¿con otra sonrisa? 
Sin ningún líder más que su espíritu resoplando por  el pecho y por la espalda. Con leves ademanes y con  fructíferos pasos. Con otras alpargatas. 
 En diferentes moradas; sin tiempo.

martes, 28 de febrero de 2012

.  Soñé que la soledad era libertaria. Que la contradicción era la verdad.
 Que la sustancia era lo insalvable en la esencia ligera.
 Que los músculos caminarían de alegría,
  y que los pensamientos se resolverían en tardes plenas de mate y sol.
  Los desvíos y los prejuicios propios de la postmodernidad tendrían
  que regocijarse de felicidad al encontrar gente obsesiva en la posibilidad de libertad.
  La posibilidad, y no la probabilidad.
  Las certezas incrustadas en el alma. Los ojos brillosos.
   El cuerpo radiante y natural.
  Mis abuelos hamacándose en el río, contando sólo rumores.
  Olvidando la obligación de la constancia laboral.
  Las hojas cayendo, cambiando de color, germinándose por el azar.

 Y después, todos, con nuestro material humano intacto,
 sin guiarnos por ningún valor que sea impuesto,
 acaudalaríamos fuerzas e iríamos al mar.
 Las fragancias, las crestas, los camarones y las virutas.
 Las estrellas condensadas subsumiendo día a día el espíritu del ser.

martes, 21 de febrero de 2012

 De una forma melodramática y carnal, la música se subleva siempre de la misma forma: va y vuelve en una relación voraz.
 Los sepulcros se liberan, la liviandad se rigidiza, los elementos estables se golpean; se desordenan por la trasmisión espontanea de energía.

  El melón se acaricia la rodaja, se envuelve en el mantel, perfuma la cocina e inunda todas las dimensiones de la casa con su color verde desierto y jugoso.
 De nuevo las cosas con su rudimental apariencia naturalizan lo radical, lo descollante, el  temor, y afilan el ojo antes que entre la nueva luz; 
como la respuesta antes que la pregunta. 
  Mientras tanto, un ser de ocho almas aparece hoy en esta tormenta, me inquieta en la cama, me deja ciego y me invita al destierro.
Pudo un poco más la sangre caliente que se subyugaba como impidiendo la muerte sin gloria alguna.
  El morir de pájaros hace que Rocco y Cósimo todavía jueguen con su instinto, que se rocen sin morderse, que duerman la siesta, 
y que traigan huesos y vísceras tibios para la cena.

lunes, 13 de febrero de 2012

        


 Una hermosa mariposa, su exacta decoloración.
 Se ensancha y mueve su posible hueco en el aire.
 Pasa rozando mis dedos del pie, luego el rostro.
 Se aquieta en la baldosa borravino, me sobrevuela la cara.

 Me hace aquietar esta tarde.
 Sentirme dentro de ese vuelo naranja y esa independencia del vacío.
 Me voy hacia sombras y ramas.