miércoles, 4 de abril de 2012

Un corte

.La superficialidad de lo arbóreo, impregnada en esa porción de torta de manzana azucarada.
 Los labios que no pueden tocarla, mis manos que se imaginan incrustándose. Los resabios amarillos de esa   tarde dorada.
  El olor a mantequilla y la llovizna de a trozos levitando en los pastizales.
  Las cadenas, las joyas de bijouterie descollándose de esas pieles arrugadas y bondadosas.
  El mojón de aquellos años grises, la apariencia de lo innombrable, lo inclaudicable.
  Construir conciencia.
  Vespertina, nupcial, de acordes infatigables que esperemos nunca olvidar.
  Un sonido extraño que rasga en la garganta.

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