Arrojarse. Rajarse la piel.
Sentarse al raz del equilibrio con la vida.
A disfrutar.
Placer es cuando la lluvia golpea constante,
como un fuero hinchando sentimientos y tu no tienes nada,
no tienes vida. Contemplas bajo una almácigo de árboles recostado en la esquina esperando a
que la tormenta nunca termine.
Implorando.
¿ La suerte va y viene o es nuestra energía la que la sostiene?
¿ Qué nos dice Diciembre a todo esto?
¿ Qué nos generan estas baldozas inundadas, este movimiento acéfalo de la naturaleza?
Ahora no hay nada donde pueda volcar el llanto.
Sólo se derraman las esperanzas cuando el alma es grande.
Pero muchos cuerpos han sido vencidos en el asfalto, y en los puentes, y en las rutas.
Ahora sólo hay truenos toda la noche.
Hay proyectos, hay movimiento.
Ahora con esta lluvia de verano estamos sólo nosotros
y hay un sueño dentro de otro sueño, y una música dentro de otra música,
y un cuerpo dentro de otro cuerpo.